La mera denominación HAZE es sinónimo de sativa de alta calidad. Probablemente, una de las mayores aportaciones de los breeders al universo cannábico.
Pasarán muchos años antes de que esta genética deje de ser considerada una auténtica leyenda. Y todavía muchos más antes de que muchos híbridos, de una forma u otra, dejen de introducir los genes de estas matas en su ADN.
Como casi siempre, todo comenzó en California, a principios de los años setenta. En esta época (mediados del movimiento Hippie), los californianos consumían y cultivaban tan sólo variedades sativas, procedentes de países tropicales como México, Colombia, Tailandia y otros. Aunque parezca paradójico, eran las sativas, cuyo cultivo es bastante más complejo que las índicas, las variedades que estos amantes de la marihuana conocían mejor. Llegados a este punto, tenemos que recomendar la lectura de nuestro artículo “Origen del cannabis índica”, para conocer la enorme importancia de la incorporación de los genes índicos a los cultivos de sativas, con el objeto de acortar los larguísimos tiempos de floración de estas últimas. Hasta 16 semanas en algunas ocasiones. Pero volvamos a las Haze.
En esta época, comenzaban sus primeros trabajos como breeders, dos hermanos, los Haze brothers, que habitualmente cruzaban entre sí, las semillas de los países tropicales,; semillas que compraban en su California natal. Obviamente obtenían cruces de sativas puras. En cierto momento, se les unió en su investigación genética otro joven genetista conocido como The Skunkman (el hombre mofeta).
Su primer híbrido, origen de las Haze, consistió en el cruce entre un cultivar puro de sativa mexicana (Acapulco Gold) con otro cultivar puro de otra sativa de Colombia (Colombia Gold).
Tras seleccionar las mejores hembras de este cruce entre las sativas mencionadas, éstas fueron cruzadas con un potente macho del sur de la India. Y para finalizar este cóctel genético, las mejores hembras se volvieron a cruzar con un macho seleccionado de Tailandia (Thai Stick).
En definitiva, podemos ver ya que la genética Haze es un “pupurri” de sativas de México, Colombia, Tailandia y sur de la India. Todo este proceso se hizo de forma rápida y el resultado no era muy estable. Lo cierto es que aquella falta de estabilidad era un hándicap. Pero aún así, era tal la calidad de las Haze, que muchos jóvenes se lanzaban a cultivarlas sin importarles los posibles problemas. Destacaba en especial la Purple Haze, la más colombiana de todas, pero también la más cara.
Yo, por aquel entonces, era un trotamundos que, junto a un amigo, nos recorríamos la costa oeste de los EEUU, haciendo autostop. Cuando recalamos en San Francisco y probamos por primera vez las Thai Stick, las Colombia Gold y las Acapulco Gold, nos malacostumbramos. Ya todo nos parecía poco en comparación. Así que juntábamos dinero y optamos por fumar menos hierba, pero de gran calidad. Y la Thai Stick era una de nuestras favoritas. Y la más cara con diferencia. En aquella época, junto a mi mejor amigo, realizábamos trabajos eventuales en San Francisco y Sacramento (California) y, tan pronto ahorrábamos un mínimo, nos dedicábamos a recorrer toda la costa oeste en autostop. De esta manera ( época hippie), conocías a mucha gente y, por supuesto, tuve en muchas ocasiones el placer de fumar las Colombia Gold, la Acapulco Gold y la Thai Stick: tres de las cuatro componentes de las Haze. La cuarta es una sativa del sur de la India. Posteriormente la fumé en Kerala (India) y también me pareció explosiva. Es decir, las Haze tienen en su genoma, el potencial de las mejores sativas del mundo para garantizarte un viaje estratosférico.
Para que os hagáis una idea de la potencia de su efecto, os cuento cómo se fumaban. Se liaba un porro tan fino, que casi no se podía sujetar con los dedos. Por lo tanto, en todas las tiendas de parafernalia se vendían una especie de tijeritas cuyo borde no estaba afilado sino todo lo contrario: era romo, para sujetar y no cortar el porro. Con las mencionadas tijeritas, se sujetaba, a la altura de la boquilla, el “cigarrito” en cuestión. Éste era tan pequeño y delgado que, además de tenerlo que sujetar con las tijeras especiales para ello, si eran cuatro a fumar, no tocabas a más de dos pequeñas caladas por persona. Creedme: ¡era más que de sobra! ¡Tremendo viaje!
Afortunadamente, “the skunkman”, comenzó a trabajar seriamente con las Haze, con el objetivo de dotarlas de una mayor estabilidad. Tras un concienzudo proceso, finalmente obtuvo lo que vino a conocerse como las Haze Original. Con semejante tesoro genético, emigró a Holanda y allí comenzó a comercializar sus semillas bajo el nombre de Cultivator.s Choice (La elección del cultivador).
3 variedades de cannabis con genética HAZE de Ketama Seeds
FRUTILLA HAZE KAMNESIA CREATIVE
Efecto de las HAZE
El colocón de las Haze no es apto para pusilánimes. Al igual que cualquier otra variedad de cannabis, debe evitarse su consumo en personas con tendencia a padecer brotes psicóticos. Como decimos, esto es aplicable a todo el cannabis en general. Pero el potencial cerebral de las Haze las hace todavía más desaconsejables para estas patologías.
En KETAMA SEEDS no creemos que el cannabis sea la panacea de todas las dolencias. De hecho pensamos que algunas personas no deberían consumirlo nunca por su propia salud. Afirmar que es una sustancia absolutamente inocua nos parece una irresponsabilidad.
El efecto Haze puede llegar a ser “demasiado” potente para fumadores poco expertos. E incluso, según el momento y las circunstancias, para los más experimentados. De joven yo podía con ellas. Ahora me lo pienso más, ya que el “viaje” puede escaparse de tu control. De hecho, en ocasiones su efecto es algo parecido al LSD (25 dietilamina del ácido lisérgico).
Es absolutamente cerebral y muy psiquedélico. Resulta altamente creativo y muy estimulante. Aporta una especie de clarividencia que la convierte en la variedad preferida de muchos creativos: músicos, escultores, escritores etc. El efecto puede ser muy duradero y con picos de repentinas subidas que exigen tener prudencia con su uso.
Particularmente divertida en reuniones en las que todos los participantes están en la misma onda. Al ser tan estimulante de la imaginación, son muchas las parejas que encuentran en las Haze ese “toque” que les ayuda a recuperar la chispa en sus relaciones sexuales.
Si padeces de insomnio, evita consumirlas pasadas tres horas antes de irte a dormir. Como todas las buenas sativas, las Haze son fantásticas para abrir el apetito. Si la consumes en casa, procura tener tu nevera bien aprovisionada. Y de productos bajos en calorías, si estás a dieta. Tu sentido del gusto, al igual que los demás sentidos, se incrementará.
Todo fumador de cannabis ha de ser responsable y conocer sus límites es la clave para ahorrarse experiencias desagradables. Como sativa que es, eventualmente puede producir algo de taquicardia. Por lo tanto, si eres una persona mayor y/o has padecido algún tipo de enfermedad cardiovascular, se moderado en su consumo, o mejor, dedícate a las índicas o híbridos. Porque, además, con un par de caladas puedes “volar” muy alto.
Propiedades organolépticas
En general, casi todas las variedades de cannabis se parecen en su olor y sabor. Hay que tener una nariz muy final y un paladar muy entrenado para distinguir unas de otras con tan solo acercar la nariz a los cogollos.
Con las Haze sucede todo lo contrario: tienes que tener un pobre sentido del olfato y del gusto para no reconocerlas de inmediato. Tienen numerosos matices. Pero quizás, el más reconocible y reconocido por todos los usuarios es ese toque nítido a incienso que la convierte en una planta todavía más mística y exótica, si esto es posible. Recuerda al olor que sale de los templos de Kerala (sur de la India) y a los bosques de sándalo. Tanto el olor a incienso y sándalo son sus dos matices más notorios y que hacen de las Haze plantas inconfundibles. No obstante, inmediatamente después, percibimos un retrogusto a cítricos y frutas tropicales, herencia de sus ancestros tailandeses.
Cultivo de las HAZE
Lo cierto es que son plantas que presentan serios retos para el cultivador medio que carece de medios logísticos muy especiales. Y el simple hecho de tener una floración de hasta 16 semanas, hace que muchos cultivadores se desanimen y se decanten por otras opciones. Por estos motivos, The Skunkman se dedicó a obtener híbridos con genéticas índicas que, no sólo acortaban significativamente los tiempos de floración; también hacían que las matas no se convirtieran en auténticos gigantes para los que casi nadie disponía de interiores adecuados. De hecho, aquellos que sí siguen con las Haze puras, tan sólo dan 5 o 6 días de crecimiento a sus plantas. E incluso ningún día. E incluso así, la planta se va de todo límite. Pero, desde luego, he visto muchos cultivos de sativas puras y en mi opinión, los límites están en tu ingenio más que en las características morfológicas y de fotoperiodo de las plantas.
La cuestión del larguísimo fotoperiodo es inevitable. Pero la particular morfología, en cuanto al tamaño que alcanzan en tanto tiempo, unido a su gran distancia intermodal, se puede solventar con algo de ingenio. No sólo recurriendo a sistemas del tipo SOG (mar de verde); también puedes recurrir a tronchar las ramas e ir dirigiéndolas por distintas partes del cultivo. Por supuesto es mucho más cómodo cultivar un híbrido cuya ascendencia índica te evite estos problemas. Pero que quede claro que tampoco hay que ser McGiver para cultivar sativas en interior.
En exterior, la situación tampoco es la ideal, aunque si vives en la zona adecuada, las cosas te serán mucho más fáciles. A no ser que vivas en climas cálidos, tus plantas lo tendrán muy duro para soportar las temperaturas tan bajas, ya que no podrás cosechar hasta finales de Diciembre (hemisferio norte) . Es decir, no sólo te enfrentarás a temperaturas demasiado frías; también tendrás que lidiar con el riesgo de tener plantas a la vista durante mucho más tiempo del que la discreción aconseja. Afortunadamente, como buenas sativas que son, tienen resistencia a la excesiva humedad ambiental y, por ende, a los hongos del tipo botritis. Si te decides por el cultivo en exterior, prepárate para lidiar con matas de hasta 4 metros de altura. Y tanto en exterior como en interior, no es mala idea optar por un cultivo tipo SCROG. En exterior, particularmente si necesitas ser discreto.
Escrito por Javier Marín para KETAMA SEEDS